Puerto Príncipe.- Este viernes 3 de enero de 2025, un grupo de 75 militares guatemaltecos y 8 salvadoreños aterrizó en el aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe, Haití, a bordo de un avión militar estadounidense. Su misión es reforzar la lucha contra las pandillas que han intensificado la violencia en el país.
La llegada de este contingente ocurre en un contexto crítico, donde los ataques recientes de bandas armadas en el barrio de Poste Marchand y zonas cercanas al Palacio Nacional han desplazado a 10.867 personas, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Estas familias se han refugiado principalmente en 18 sitios de acogida, incluidos 4 creados tras los incidentes y 14 preexistentes.
Crisis humanitaria en aumento
De acuerdo con la OIM, la violencia armada en Puerto Príncipe ha obligado a unas 800.000 personas a abandonar sus hogares, mientras las bandas controlan el 85 % del área metropolitana, donde reside un tercio de la población.
Incluso durante las fiestas de Navidad, los ataques no cesaron, empujando a las familias haitianas a una «carrera por la supervivencia», según el informe.
Durante un discurso con motivo del 221 aniversario de la Independencia Nacional, Leslie Voltaire, presidente del Consejo Presidencial de Transición (CPT), declaró una «guerra» contra las pandillas. Voltaire afirmó que el objetivo es recuperar territorios controlados por estos grupos para pacificar el país y permitir la celebración de elecciones, aplazadas en reiteradas ocasiones.
Voltaire subrayó que el 2025 será un año clave para establecer un clima de seguridad y avanzar hacia la reconstrucción nacional.
Impacto en la seguridad alimentaria
La violencia no solo ha generado desplazamientos masivos, sino que también ha profundizado la crisis alimentaria en Haití. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), 5,4 millones de haitianos —la mitad de la población— enfrentan inseguridad alimentaria aguda, situando al país entre las peores emergencias de hambre en el hemisferio occidental.
La OIM y otros organismos internacionales han expresado su preocupación por el deterioro de las condiciones de vida en Haití y la urgencia de coordinar esfuerzos para estabilizar la situación.
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