Un total de 22 armas de diferentes calibres, incluyendo 9mm tipo Glock, las cuales fueron ingresadas al país en tanques a través de compañías de envío o Shipping, fue el resultado del desmantelamiento de una importante red de tráfico de armas automáticas y de alto calibre en la provincia Santiago de los Caballeros y Moca, de la provincia Espaillat.
La serie de intervenciones de inteligencia y operativa que llevó al arresto de los cabecillas de la estructura delictiva y que abarcó zonas de Licey al Medio, Santiago y Moca, fue efectuada por la Fiscalía de Santiago y la Policía Nacional.
En medio de uno de los operativos, cayó abatido por los agentes policiales Octavio Guaba, quien, al notar la presencia de las autoridades, disparó repetidas veces contra los equipos actuantes, en un escenario en donde resultó herida una mujer que recibe atenciones médicas con un estado de salud estable y donde también un miembro de la unidad SWAT, el segundo teniente Juan Amador Colón Alcántara, resultó herido.
La investigación contra la organización criminal contó con la cooperación internacional del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos y llevaba en curso poco más de un año, con numerosas acciones que incluyeron la vigilancia, el análisis de audios de interceptaciones telefónicas, y otras estrategias.
En los más de 10 allanamientos ejecutados por los fiscales dominicanos se ocuparon 22 armas de diferentes calibres, incluyendo 9mm tipo Glock automáticas, las cuales fueron ingresadas al país en tanques a través de compañías de envío o Shipping, y luego distribuidas por la red que, además, integraron a sus actividades criminales a varios familiares que también fueron detenidos.
Además de las armas, los organismos ocuparon dinero en efectivo, vehículos y varios tanques con caletas o doble fondo, los cuales eran utilizados para transportar las armas ilegales.
De acuerdo con el Ministerio Público, la permanente vigilancia electrónica de estos criminales permitió identificar a los miembros de sus familias pertenecientes en la red y las casas utilizadas para almacenar las armas.
Recordó que el tráfico de armas de fuego constituye en sí mismo un potenciador de la violencia, la inestabilidad social y la inseguridad, por lo que los fiscales, en su firme compromiso e interés por salvaguardar la integridad de los ciudadanos, seguirán persiguiendo y enfrentando a estos grupos criminales.