El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió de las “altas incertidumbres” que rodean a sus perspectivas sobre la economía china, sobre la cual proyectan un crecimiento del 4,6% este año, debido a factores como la crisis del sector inmobiliario o la caída de la demanda exterior.
“Una contracción más profunda de lo esperado en el sector inmobiliario podría lastrar todavía más la demanda privada y la confianza, ensanchar las tensiones fiscales de los gobiernos locales y resultar en presiones deflacionarias y en un círculo vicioso macrofinanciero”, explica la evaluación anual de la institución sobre el estado y las perspectivas de la economía china.
El dosier -concluido a principios de enero- apunta también a los riesgos derivados de una bajada todavía mayor de lo esperado en la demanda proveniente del extranjero, el endurecimiento de las condiciones a nivel global o el aumento de las tensiones geopolíticas.
No obstante, el FMI cree que China podría impulsar la confianza y facilitar un repunte mayor de lo esperado en la inversión privada con “acciones políticas decisivas” como una reestructuración más rápida en el sector inmobiliario.
“Los ajustes en curso en el mercado inmobiliario y las tensiones en las finanzas públicas de los gobiernos locales seguirán lastrando la inversión privada y la confianza de los consumidores”, advierte el documento, que habla de la “necesidad” de más medidas y de una estrategia “bien ordenada” para llevar al sector inmobiliario a un “nuevo equilibrio”.
Concretamente, el Fondo recomienda acelerar la salida de promotoras inviables, asignar fondos adicionales para finalizar promociones inacabadas, apoyar a las promotoras financieramente viables a “reparar” sus balances contables y permitir una mayor participación del mercado en los ajustes de precios.
Más políticas de apoyo
Acerca de los problemas de deuda de las administraciones regionales, el organismo recalca la “necesidad de cerrar sus brechas fiscales y contener sus riesgos de deuda”, algo para lo que propone medidas como una mayor distribución del riesgo entre el Gobierno central y los gobiernos locales.
Con respecto al impulso de la recuperación, el FMI cree que Beijing debe apostar por una política macroeconómica que “preste apoyo a la actividad a corto plazo”, reorientando el gasto hacia los hogares para incentivar el consumo y ampliando la red de seguridad social de manera “duradera”, ya que las familias chinas tienen una tasa de ahorro muy superior a la media, en buena medida por precaución.
Asimismo, el informe recomienda más bajadas de tipos y una mayor flexibilidad en los tipos de cambio, al tiempo que celebran el “énfasis” de las autoridades chinas en tratar de hallar motores de crecimiento “más sostenibles”.
Esta misma semana, el FMI actualizó sus perspectivas y apuntó a un crecimiento del PIB chino del 4,6% en 2024 -0,4 puntos porcentuales más que en el informe de octubre- y del 4,1% en 2025.
Según datos oficiales, China creció un 5,2% en 2023, por encima del objetivo de “en torno a un 5%” que las autoridades se habían marcado a principios del año.
El FMI apuntó hoy que esta recuperación “estuvo impulsada por la demanda nacional, especialmente por el consumo privado, y asistida por medidas macroeconómicas de apoyo como una mayor flexibilización de la política monetaria, desgravaciones para empresas y hogares y el gasto fiscal en ayuda para catástrofes”.
A medio plazo, la institución cree que el crecimiento de la segunda economía mundial se ralentizará de forma paulatina hasta situarse en torno a un 3,5% en 2028 por factores como la baja productividad o el envejecimiento de la población.