Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco y el presidente de Argentina, Javier Milei, muy crítico en el pasado con el pontífice, se saludaron hoy con un abrazo al final de la misa de canonización de la primera santa argentina, María Antonia de Paz y Figueroa, conocida popularmente como “Mama Antula”.
Una vez terminada la eucaristía en la basílica de San Pedro del Vaticano, el pontífice argentino fue llevado en silla de ruedas por sus problemas de rodilla hasta el lugar en el que el mandatario había seguido la misa, a su derecha, en primera fila ante un reclinatorio.
En ese momento Milei le estrechó la mano y llegó a darle un abrazo, conversando ambos entre risas durante unos instantes.
Esta misa brindó el primer encuentro entre ambos después de que Milei durante la campaña electoral que le llevó el pasado diciembre a la Casa Rosada le calificara como “el representante del maligno en la tierra”, entre otros descalificativos.
No obstante Francisco restó importancia a sus palabras y de hecho le telefoneó para felicitarle por su victoria electoral.
Rebajado el tono
El político ultraderechista también ha rebajado notablemente el tono y ayer mismo en una entrevista en Radio Mitre le ensalzó como “el argentino más importante de la historia”, esperando mantener con él un “diálogo muy fructífero”.
Esta mañana estaba previsto un breve y protocolario saludo entre ambos en la sacristía vaticana, del que no ha trascendido información, mientras que mañana mantendrán una audiencia privada en el Palacio Apostólico, a puerta cerrada a partir de las 9:30 horas locales (8:30 GMT).
Ceremonia de canonización
La ceremonia comenzó con el canto “Veni, Creator Spiritus” y después el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Marcelllo Semeraro, realizó al pontífice la ‘petio’, la solicitud de canonización con los postuladores de la causa y leyó una biografía.
Después se entonó el “aleluya” y los postuladores de la causa de canonización llevaron en procesión por la basílica dos velas y dos centros florales para colocarlos en el relicario de la nueva santa, que fue rociado con incienso.
Durante la eucaristía, como es habitual, se colocó un tapiz con una gran imagen de la santa en el interior del templo vaticano, junto al baldaquino del altar papal.
Mama Antula, laica consagrada natural de Santiago del Estero, fue beatificada en agosto de 2016 después de que el Vaticano reconociera como un milagro suyo la curación en el año 1900 de una religiosa de las Hijas del divino Salvador, congregación fundada por ella.
Se le reconoce una ardua labor espiritual y social en Argentina, fundando en 1795 en Buenos Aires la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, actualmente un monumento histórico del país.
Su vocación se enmarca en aquellos años en que su tierra formaba parte de la España del rey Carlos III y en la expulsión de los jesuitas -la orden del pontífice- de todos sus territorios.
Precisamente esto, mantener vivo el carisma ignaciano, la movió a organizar ejercicios espirituales en varias provincias del norte argentino y Uruguay.
El papa advierte de las “gangrenas” de la intolerancia en una misa con Milei
El papa Francisco advirtió hoy de la “lepra del alma” o la “insensibilidad a la compasión” y de “la gangrena de la intolerancia” ante el presidente Javier Milei.
En su homilía recordó el pasaje en el que Jesús de Nazaret tocó y sanó a un leproso, que representa en el mundo actual a los marginados y más vulnerables de la sociedad.
“No pensemos que son solo cosas del pasado ¡Cuántas personas que sufren encontramos en las aceras de nuestras ciudades! ¡Y cuántos miedos, prejuicios e incoherencias, aun entre los que creen y se profesan cristianos, contribuyen a herirlas aún más! También en nuestro tiempo hay tanta marginación, hay barreras que derribar, ‘lepras’ que sanar”, sostuvo.
En este sentido, el pontífice argentino llamó a “tocar” a esas personas que sufren y a no “reducir el mundo en -dijo- los recintos de nuestro ‘estar bien’”.
“En estos casos tengamos cuidado, porque el diagnóstico es claro: se trata de ‘lepra del alma’; una enfermedad que nos hace insensibles al amor, a la compasión, que nos destruye por medio de las ‘gangrenas’ del egoísmo, del prejuicio, de la indiferencia y de la intolerancia”, avisó.
Agencia: EFE