En un contexto donde América Latina enfrenta desafíos económicos significativos, la República Dominicana emerge como un faro de crecimiento y estabilidad, según un reciente artículo de Michael Stott para el Financial Times. Con una economía que promedia un impresionante crecimiento del 4.9 % anual durante el último medio siglo, la nación caribeña de 11.4 millones de habitantes se posiciona como la séptima economía más grande de América Latina, superando a naciones con mayor tamaño como Ecuador y Venezuela.
Este éxito económico no solo se refleja en las cifras de crecimiento, sino también en la visión y liderazgo del presidente Luis Abinader, cuya popularidad alcanza un notable 69 % de aprobación. Bajo su administración, la República Dominicana ha visto un aumento sin precedentes en el gasto social, al tiempo que fomenta un clima proinversión y probusiness. Estas políticas no solo han contribuido al auge económico del país, sino que también han promovido la paz social y el bienestar de sus ciudadanos.
La transformación económica de la República Dominicana, de una nación agrícola a una economía orientada a la manufactura y luego a servicios, impulsada por el turismo y un sistema financiero ampliado, ha sido fundamental para su actual prosperidad. A pesar de los desafíos globales y regionales, como el cambio climático y la cercanía con Haití, el país ha mantenido un rumbo firme hacia el desarrollo sostenible y la atracción de inversiones.
El informe del FMI del año pasado sugirió que, con reformas continuas, la República Dominicana podría transformarse en una economía avanzada para el año 2060. Este optimismo se refleja en la confianza de los inversores, quienes, inspirados por la dirección del país bajo la guía del presidente Abinader, consideran a la República Dominicana como un destino atractivo para reubicar cadenas de suministro más cerca de los Estados Unidos.
Este reconocimiento internacional y la confianza en el liderazgo del país subrayan el potencial de la República Dominicana no solo como destino turístico de primer nivel, sino como un centro económico emergente en América Latina. La administración del presidente Abinader se destaca como un modelo a seguir, demostrando que políticas procrecimiento moderadas, combinadas con inversiones estratégicas en servicios públicos claves e infraestructura pueden conducir a un desarrollo económico sostenible y equitativo.
El artículo del Financial Times puede ser consultado en: https://on.ft.com/3vfvQ4x