Santo Domingo. –William Charpentier, coordinador de la Mesa Nacional para las Migraciones y Refugiados, afirmó que el Gobierno dominicano ha cerrado las puertas a los migrantes haitianos, lo que ha afectado sectores como la construcción y la agricultura por la escasez de mano de obra.
Charpentier señaló que la ley 2-85 permite la contratación de trabajadores por contingencia, pero en los últimos cuatro años ha sido imposible. «Empleadores del sector agrícola y de la construcción nos han preguntado qué hacer, ya que no se les permite gestionar solicitudes ante la Dirección General de Migración. Todos los procedimientos están bloqueados», comentó.
Durante una entrevista en el programa «El Despertador», añadió que los trabajadores de estos sectores desean organizarse, pero han enfrentado dificultades para renovar sus documentos. Tras el plan de regularización migratoria, más de 39,000 inmigrantes se inscribieron en el régimen de seguridad social, pero ahora están desafilados debido a la falta de renovación.
Charpentier criticó la falta de diálogo del Gobierno en temas migratorios, especialmente en relación con los haitianos, y sugirió que esta es una política deliberada. Afirmó que desde septiembre del año pasado, prácticamente todos los servicios para migrantes han estado cerrados, incluidas las renovaciones de documentos.
Resaltó que muchos de estos migrantes son «inmigrantes obligados», ya que no se les permite renovar sus documentos. También destacó que, aunque 260,000 haitianos obtuvieron la categoría de no residentes y podían trabajar y registrarse en el régimen de seguridad social, renovar sus estatus ha sido un gran desafío.
Charpentier hizo un llamado al Gobierno para que siga los procedimientos legales que permiten la regularización de los extranjeros y faciliten el acceso a mano de obra para los empleadores. Advirtió que sectores como el bananero enfrentan problemas internacionales si no pueden garantizar la documentación de sus trabajadores.
Sobre el proceso de regularización, mencionó que las citas son virtuales y suelen estar rodeadas de complicaciones, incluyendo la percepción de corrupción en la obtención de estas. «El sector económico necesita esta mano de obra», insistió.
Finalmente, comparó el trato hacia los migrantes haitianos con el de otros nacionales, como venezolanos o colombianos, quienes suelen tener documentos que facilitan su proceso. Esto, según Charpentier, refleja una política que favorece a algunos grupos y desfavorece a otros, influenciada por una historia complicada entre ambos países.