El presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Henry Molina, aseguró este lunes que el machismo y la violencia de género son problemas profundamente arraigados en nuestra sociedad que no pueden ser ignorados.
Durante el acto de apertura del «II Seminario Internacional Justicia con Perspectiva de Género: Un paso hacia la igualdad», Molina enfatizó que el enfoque de género en la impartición de justicia no es un tema adicional, ni un discurso cosmético u opcional, sino una necesidad ética, un pilar fundamental para construir una sociedad que verdaderamente valore la igualdad y la dignidad de cada individuo.
Indicó que la violencia machista se manifiesta de muchas formas, desde el feminicidio, hasta el acoso y la discriminación, que afecta no solo a las mujeres, sino también a sus familias y comunidades.
«El ciberacoso, la sextorsión (extorsión sexual), el abuso de imágenes y la suplantación de identidad son manifestaciones de violencia que requieren una respuesta judicial actualizada y efectiva. Esas prácticas, junto con las más arraigadas en nuestra vida diaria, deben ser entendidas con conciencia, abordadas para ponerle freno», expresó Molina.
Agregó que hace falta modificar muchas normas sociales para proteger de manera anticipada a quienes están en riesgo; por lo que se debe garantizar servicios judiciales conscientes de esa realidad y con perspectiva de género.
«En el pasado hemos hablado de la necesaria feminización de la justicia. No se trata solo de números o de políticas: implica un cambio cultural profundo en nuestras prácticas y en la estructura misma del sistema judicial. Feminizar la justicia significa hacerla más humana, más empática y menos mecánica», afirmó.
Abordaje integral en la región
Por su parte, la presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico, Maite D. Oronoz, destacó que «han pasado 64 años desde que en ese fatídico 25 de noviembre de 1960, Minerva, Patria y María Teresa fueron asesinadas vilmente y tantos años después, cientos de miles de mujeres y niñas se exponen a violencia por no conformarse a la norma, por querer estudiar, procurar acceso igualitario a espacios de poder, a trabajos dignamente remunerados, por amar libremente o por simplemente ser».
Expresó que «hoy buscamos discutir cómo se manifiesta la violencia de género, pero también queremos brindarles herramientas para impartir justicia con una perspectiva amplia de la situación de vulnerabilidad en que, como sociedades, hemos colocado a tantas mujeres, niñas y adolescentes. Existen remedios para dar acceso a la justicia y juntas y juntos reflexionaremos y descifraremos una mejor manera de hacer realidad nuestro juramento de proteger la dignidad del ser humano y hacer justicia a quienes buscan remedios en nuestros tribunales».
Agregó que el seminario sirvió como un espacio de discusión metodológica, reflexión e intercambio donde confluyan las experiencias de quienes imparten justicia y aquellos que se dedican al activismo, estudio y enseñanza de los derechos humanos.