La Dirección General de Bellas Artes (DGBA) lamentó el fallecimiento este martes del ilustre dramaturgo, actor y productor Franklin Domínguez, quien fue tres veces director de esta institución y referente indiscutible del teatro nacional.
Nacido en Santiago de los Caballeros, el 5 de junio de 1931, Domínguez fue parte de la primera generación de graduandos de la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde compartió con otras figuras de la talla de Máximo Avilés Blonda, bajo la dirección del profesor Emilio Aparicio.
Domínguez inició en el teatro de la mano de su hermano Héctor Domínguez, convirtiéndose luego en actor, director, maestro y productor, hasta consagrarse como una de las leyendas del arte escénico dominicano.
Con más de 80 obras escritas y representadas en escenarios de Europa, América y Asia, entre ellas «Los borrachos», «La broma del senador», «Duarte entre los niños y Hostos: el hombre que anhelaba una patria», su legado teatral marcó generaciones y trascendió fronteras.
Sobre su partida, Marianela Sallent Abreu, directora general de Bellas Artes, expresó su admiración y lamentó su fallecimiento que ha entristecido a todo el país.
“Franklin Domínguez deja un legado invaluable al teatro y a las artes dominicanas. Su vida y obra nos inspiran a continuar trabajando con el mismo compromiso que él mostró durante décadas. Hoy despedimos a un maestro, pero celebramos la herencia cultural que nos deja para siempre”, dijo Sallent.
Franklin Domínguez fue director de Bellas Artes en tres períodos: 1981, 1996-1999 y 2008-2014. También ocupó la dirección de Información y Prensa de la Presidencia de la República Dominicana bajo cinco mandatarios: profesor Juan Bosch (1963), presidente José Rafael Molina Ureña y coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó (1965), presidente Héctor García Godoy (1966) y presidente Antonio Guzmán Fernández (1978).
Abogado de formación y miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, cultivó una prolífica carrera en las artes y la cultura, que lo convirtió en una de las figuras más completas de su generación.
Desde el año 2000 dirigió el Grupo de Teatro Banreservas, llevando montajes educativos y patrióticos a distintas comunidades del país.
También fue autor y director de «La silla» (1963), un retrato crítico de la tiranía de Trujillo considerado por muchos como la primera película de largometraje dominicano.
La trayectoria Domínguez fue reconocida en múltiples ocasiones, entre ellas en el Congreso de Cine organizado por la Dirección General de Cine (DGCine) en 2020. Recibió en siete ocasiones el Premio Nacional de Teatro y, en 2003, el Premio Nacional de Literatura, otorgado por la Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura.
Además fue reconocido por otras entidades, como la Federación Dominicana de Arte y Cultura y por la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York.
Su entrega a la formación de actores y su incansable labor en favor de la cultura lo consagraron como una de las glorias del arte dominicano.