Siendo honestos, ¿cuántas veces hemos escuchado que de lo creativo no se vive, pero mucha gente vive del trabajo de los artistas?
Evidentemente, está en el otro escalón de lo común escuchar a las personas que dicen que de lo creativo no se vive, sin embargo, esto me ha resultado muy irónico a lo largo de mi corta experiencia en la industria, ya que precisamente las personas con este pensamiento, de alguna manera, consumen música, cine o sus mayores influencias en las redes sociales. Entonces… ¿Quién vive de quién?
Veamos esta triste historia… Tenemos a una joven que, desde que tiene uso de razón, realizaba bosquejos pintados de vallas publicitarias para incentivar el reciclaje. Culminó su bachillerato siendo Técnico en Mercadeo y decidió iniciar una carrera relacionada con el arte. Sin embargo, sus padres se opusieron a esta idea, ya que «hay que estudiar algo que dé dinero». Indiscutiblemente, existe el prejuicio de que el arte es el último recurso del típico “vago” de la casa, no obstante, es un concepto que definitivamente no corresponde a la realidad. Son múltiples las opciones de trabajo en las que te puedes ocupar, desempeñando el oficio de creativo.
Viéndolo desde ese punto de vista, te recuerdo que desde los típicos cuadros colgados en tu casa, de las casitas pintadas con las palmeras, las películas en las que aparece Judith Rodríguez hasta los «creadores de contenido» que sigues en las redes sociales, absolutamente todo eso se consigue a través del arte.
Entonces… Para los que están y para los que vienen, mantengo la esperanza de que nuestro país adopte otra postura; que se agoten las cuotas de sacrificio para proyectar el arte dominicano hacia afuera.
Artículo de opinión de: Maxiris Pimentel