Santo Domingo.- El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) destacó la influencia significativa de la Iglesia Evangélica Dominicana en la promoción, la educación, la salud y la asistencia humanitaria. Estos aportes se han manifestado de manera extensa y diversa, propiciando cambios esenciales a favor de numerosos ciudadanos que contribuyen activamente en diversos sectores, aplicando sus conocimientos y habilidades técnicas y profesionales.
El representante de la entidad eclesiástica elogió la labor seria, cualificada y valiosa de los educadores cristianos en diferentes ámbitos de formación en valores y ciudadanía. Resaltó que estas competencias profesionales y personales no deben cuestionarse debido a sus ideas y principios, a pesar de las críticas de algunos sectores de la sociedad que exigen derechos, pero no respetan los derechos de los demás.
Feliciano Lacen Custodio, vocero de la entidad, enfatizó la magnitud de las acciones realizadas por diversas instituciones cristianas, especialmente aquellas dedicadas al servicio social y espiritual, con años de trabajo en todas las comunidades. Mencionó organizaciones como Alfalit Dominicana, SSID, Compasión Internacional y Visión Mundial, que trabajan directamente en programas dirigidos a la protección de niños, niñas y adolescentes, formación en valores familiares, desarrollo de la personalidad y la defensa de los derechos humanos. Destacó su contribución al Producto Interno Bruto y su papel como brazo operativo del Estado.
Lacen Custodio también resaltó la eficiente gestión de orfanatos, centros de rehabilitación de adictos, clínicas y hospitales por parte de la comunidad evangélica. Subrayó los esfuerzos en la promoción, desarrollo y defensa de la dignidad humana y el valor de la vida.
El presidente de CODUE elogió los aportes en educación y formación humana y religiosa, especialmente en niveles iniciales, primarios y universitarios. Reconoció el trabajo social y espiritual de asociaciones como la Asociación Nacional de Colegios Evangélicos y la Asociación de Colegios Cristianos, así como la labor de cientos de colegios de gestión privada que representan diferentes estratos sociales en Santo Domingo y las principales provincias del país.
En cuanto a la última década, Lacen Custodio destacó la implementación y desarrollo de programas de educación continua y alfabetización permanente. Estos programas, realizados a través de congresos, talleres y espacios de discusión social, han equipado a docentes y líderes educativos cristianos con formación profesional certificada en educación escolar cristiana. Esto les permite transmitir conocimientos basados en valores sociales, familiares y tecnológicos a las generaciones actuales y futuras.
En otro aspecto, Lacen Custodio abordó la pérdida del sentido de vergüenza y deber en la sociedad actual. Expresó su preocupación por la degradación progresiva y una agenda que, según él, busca afectar directamente a la familia y las bases institucionales. Destacó la importancia de preservar valores éticos y morales, como la honestidad, el trabajo, el patriotismo y la dignidad de la mujer dominicana, y resaltó la necesidad de estar alerta ante ataques frontales contra los valores fundamentales de la nación promovidos por grupos que buscan una «nueva revolución moral». Estos grupos, según Lacen Custodio, descalifican a los maestros simplemente por ser “religiosos”, lo cual considera carente de racionalidad.