Estado de excepción en el sistema penitenciario de Ecuador tras la masacre en la cárcel de Guayaquil, que ha dejado al menos 31 presos muertos y más de un centenar de guardias retenidos.
Desde el pasado sábado, la violencia se ha desatado en las cárceles ecuatorianas con el enfrentamiento entre bandas rivales que se disputan el control mediante disparos y explosiones.
El martes un contingente de unos 2 700 policías militares ingresó en la Penitenciaría del litoral la más grande y poblada del país.
El presidente, Guillermo Lasso, ha decretado el estado de excepción en todas las cárceles de Ecuador para detener la violencia que se ha registrado en trece de las 35 cárceles del país.
Desde 2020 las bandas ciminales han protagonizado una serie de masacres carcelarias en varias prisiones donde han sido asesinados más de 450 reos.
La Penitenciaría, que actualmente alberga a unos 5 600 reclusos, ha sido escenario de algunas de las peores masacres, como dos en 2021 que se saldaron con 123 y 65 asesinados, respectivamente.
Los presos contaban con un amplio arsenal de armas blancas y de fuego, desde machetes a fusiles de asalto.
Entre el material de guerra incautado a los presos hay pistolas, fusiles de largo alcance, ametralladoras y hasta un lanzagranadas. También se encontraron en su poder drogas como cocaína y marihuana, herramientas industriales y otros objetos prohibidos dentro de la prisión.