El proceso de paz entre el Gobierno de Gustavo Petro y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) fue suspendido.
La decisión fue anunciada por el presidente Gustavo Petro colombiano a través de su cuenta en la red social tras condenar los recientes actos de violencia ocurridos en la región del Catatumbo, al noreste del país. Según las declaraciones del presidente, los hechos perpetrados por el ELN en esta zona constituyen “crímenes de guerra”.
De acuerdo con lo publicado por el propio Petro, la suspensión de los diálogos responde a la falta de voluntad de paz por parte del grupo insurgente. En su mensaje, el mandatario expresó: “Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz”.
Estas palabras reflejan un giro drástico en las negociaciones que buscaban poner fin a décadas de conflicto armado en Colombia.
La región del Catatumbo, ubicada en el departamento de Norte de Santander, ha sido históricamente una de las zonas más afectadas por la violencia en el país. Este territorio, estratégico por su ubicación fronteriza con Venezuela y su riqueza en recursos naturales, ha sido escenario de enfrentamientos entre grupos armados ilegales, incluidos el ELN y otras organizaciones criminales.
El anuncio de la suspensión de los diálogos marca un momento crítico en la relación entre el Gobierno de Petro y el ELN. Desde el inicio de su mandato, el presidente había priorizado la búsqueda de la “paz total”, una estrategia que incluía negociaciones con diversos grupos armados en el país. Sin embargo, los acontecimientos recientes en el Catatumbo parecen haber minado la confianza en la disposición del ELN para avanzar en este proceso.
La mesa de diálogos respaldo al presidente
En medio de una rueda de prensa encabezada por Vera Grabe y el senador Iván Cepeda, los negociadores de paz del Gobierno secundaron la decisión del presidente de suspender el diálogo con el ELN. “El Estado defenderá a la población y estamos con el presidente en esta decisión”, aseguró Grabe.
Por su parte el senador Cepeda rechazó todos los actos criminales que se han cometido en contra de la población en Tibú y expresó su solidaridad con las víctimas. “(…) como lo dijo el presidente, esos son crimenes de guerra que están prohibidos por la Constitución y por leyes internacionales como el Estatuto de Roma (…) al ELN se le ha advertido en muchas oportunidades que enfrentarse a otros grupos armados no tiene porque ser o implicar una egresión contra la población civil, por eso y ante la falta de voluntad del ELN se suspende este proceso”.
Añadió que el Gobierno nacional si tiene voluntad de negociar pero “eso no significa que vayamos a tolerar los crímenes contra la población ni los crimenes de guerra”.
La grave situación en el Catatumbo
La región del Catatumbo, en el noreste de Colombia, enfrenta una grave crisis humanitaria tras los recientes enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc. Según informó la Defensoría del Pueblo, los combates han dejado un saldo de al menos 30 personas fallecidas y han obligado a numerosas familias a abandonar sus hogares en busca de seguridad.
De acuerdo con las autoridades, la violencia ha generado un clima de zozobra en las comunidades locales, donde los habitantes enfrentan restricciones de movilidad y el cierre de comercios. La situación ha llevado a que muchas personas carezcan de acceso a recursos básicos, lo que agrava aún más las condiciones de vida en la zona.
El impacto de los enfrentamientos en el Catatumbo ha sido devastador para las comunidades locales. Según detalló la Defensoría del Pueblo, muchas familias han tenido que abandonar sus hogares debido al peligro constante que representan los combates. Estas personas se enfrentan ahora a condiciones precarias, sin acceso a alimentos, agua potable ni servicios básicos.
Las autoridades colombianas han desplegado esfuerzos para proteger a los habitantes del Catatumbo y buscar una solución pacífica a la crisis. Sin embargo, la complejidad del conflicto, que involucra a múltiples actores armados, dificulta la implementación de medidas efectivas en el corto plazo.
El Catatumbo, una región estratégica por su ubicación fronteriza con Venezuela y su riqueza en recursos naturales, ha sido históricamente escenario de disputas entre grupos armados ilegales. Tanto el ELN como las disidencias de las Farc buscan controlar el territorio, lo que ha llevado a constantes enfrentamientos y a un alto costo humano para las comunidades locales.