La Dirección General de Bellas Artes, a través de la Compañía Nacional de Teatro, cerrará con broche de oro la celebración del Mes del Teatro con el estreno de «El Sueño de la Vida», obra inconclusa de Federico García Lorca, bajo la dirección de Fausto Rojas. Las funciones están pautadas del 27 al 30 de marzo, en la Sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes.
La pieza cuenta con las actuaciones de Miguel Bucarelly, Manuel Raposo, Nileny Dipton, Canek Denis, Gilberto Hernández, Pachy Méndez, Ernesto Báez, Wilson Ureña y, como invitado especial, el actor español Luis Hacha. La escenografía está a cargo del maestro Fidel López, mientras que el vestuario es de Bautista Sierra.
«El Sueño de la Vida», importante obra experimental de Lorca, interrumpida por su muerte y conocida hasta ahora como «Comedia sin título», conserva solo el primer acto. En esta ocasión, Fausto Rojas continúa la obra basándose en declaraciones de la actriz Margarita Xirgu y otros testimonios, según los cuales el segundo acto se desarrollaría en un depósito de cadáveres y el tercero, en el cielo, donde las almas se encuentran.
Escrita poco antes del asesinato de Lorca en 1936, la obra explora temas como la identidad, el teatro dentro del teatro y la relación entre el arte y la realidad. Su título, que hace referencia a «La vida es sueño», de Calderón de la Barca, sugiere una reflexión sobre la ilusión y la realidad, el destino y el libre albedrío.
Sobre la obra
En el primer acto, la línea entre la actuación y la vida real se difumina con elementos surrealistas y simbólicos, reflejando la lucha entre la autenticidad y las normas impuestas por la sociedad. Al quedar inconclusa, su trama exacta sigue siendo un misterio.
Siguiendo la línea metadramática de la obra (teatro dentro del teatro), el segundo acto se retoma desde el punto en que quedó interrumpido por la muerte de Lorca. En él, las rezadoras velan por su alma y espíritu, mientras los guardias franquistas revelan el informe policial y las infames razones de su asesinato.
En el tercer acto, Lorca atraviesa una dimensión celeste habitada por sombras y se enfrenta a la destrucción de lo que fue «El sueño de la vida». Entre ruinas y escombros, encuentra en los sueños las razones del teatro y la existencia misma.