Washington.- Durante la sesión especial celebrada este jueves en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el Gobierno de Haití lanzó fuertes acusaciones contra República Dominicana, Estados Unidos y Colombia, responsabilizándolos de contribuir al deterioro de su seguridad interna mediante el tráfico ilegal de armas y drogas que, según denunció, se organiza desde estos países.
El ministro de Defensa haitiano, Jean Michel Moïse, afirmó que la grave crisis que atraviesa su país no puede entenderse únicamente como un fenómeno interno, sino como el resultado de una acción criminal transnacional que atraviesa las fronteras de manera impune. En este sentido, señaló directamente a la vecina República Dominicana como una vía clave de entrada para armamento ilegal que termina en manos de pandillas haitianas.
“La República Dominicana, con quien compartimos una frontera larga y vulnerable, se ha convertido en una de las principales rutas de ingreso de armas que terminan alimentando el conflicto armado en nuestro país”, expresó Moïse, quien también denunció la existencia de estructuras corruptas que facilitan el tráfico clandestino de armas y municiones.
El funcionario fue categórico al afirmar que Haití no produce ni armas ni drogas, y que la violencia que sacude al país es consecuencia directa del flujo de recursos ilícitos provenientes del extranjero. En su intervención, aseguró que Haití ha sido convertido en un “peón” de redes criminales internacionales que operan en la región, utilizando pandillas locales como herramientas para controlar territorio y mover bienes ilegales.
Respecto al narcotráfico, Moïse apuntó hacia Colombia como el principal origen de las drogas que transitan por suelo haitiano, fenómeno que —según indicó— ha dado paso a la consolidación de una «economía criminal» que incluye lavado de dinero, trata de personas y hasta tráfico de órganos.
“Haití está atrapado en una maquinaria regional de crimen organizado que sobrepasa nuestras capacidades como Estado”, lamentó el ministro ante representantes de los países miembros de la OEA.
A pesar de las críticas, Moïse reconoció los esfuerzos realizados por República Dominicana para colaborar con la reconstrucción de las fuerzas armadas haitianas. Sin embargo, advirtió que sin una cooperación estructurada y sostenida, Haití no podrá contener el avance del crimen organizado ni recuperar el control pleno de su territorio.
El ministro solicitó apoyo urgente de la comunidad internacional para el fortalecimiento institucional y militar del país. Entre las medidas propuestas, pidió ayuda para la formación de soldados, el establecimiento de bases militares, y la adquisición de equipamiento como drones, helicópteros y patrullas costeras para asegurar tanto las costas como la frontera con República Dominicana.
“La restauración de la soberanía haitiana no puede lograrse de forma aislada. Necesitamos un esfuerzo colectivo para detener el flujo de armas y drogas que alimentan la violencia”, enfatizó Moïse, quien advirtió que la crisis haitiana representa una amenaza regional que requiere respuestas multilaterales.
Finalmente, el ministro instó a los países de la región a no permanecer indiferentes ante el colapso institucional que vive Haití. “La seguridad de Haití es también la seguridad del Caribe. Y los Estados de la región no pueden seguir siendo indiferentes a una crisis que ya ha cruzado sus propias fronteras”, concluyó.