Un haitiano-americano del sur de la Florida se convirtió el martes en el primer ciudadano estadounidense que se declara culpable de conspirar para asesinar al presidente de Haití, admitiendo que asistió a reuniones clave para llevar a cabo el asesinato hace más de dos años.
Joseph Vincent también se convirtió en el cuarto de los 11 acusados en el caso federal de Miami en aceptar su responsabilidad por su papel de apoyo en el complot de asesinato que abarcó al sur de la Florida, Haití y Colombia.
Vincent, de 58 años, admitió que se reunió con un grupo de confabulados en Haití en vísperas del asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio de 2021, en una declaración de hechos presentada con su acuerdo de culpabilidad. También llevaba un pin del Departamento de Estado para parecer oficial ante sus homólogos haitianos, dice la declaración. Además, participó en un plan para provocar protestas contra el líder de Haití y usarlas como tapadera para destituir a Moïse por la fuerza usando armas.
Y por último, según el comunicado, se unió a otros conspiradores en un vehículo que se dirigía a la casa del presidente a las afueras de Puerto Príncipe, cuando un grupo de comandos colombianos lo mató durante la emboscada nocturna.
El juez federal José Martínez preguntó a Vincent si toda esta información era “cierta” en la audiencia del martes.
“Sí, es verdad, señoría”, dijo Vincent al juez.
Enfrenta cadena perpetua
Vincent se declaró culpable de conspirar para proporcionar apoyo material en el asesinato, ofrecer ese apoyo y conspirar para matar o secuestrar a una persona fuera de Estados Unidos. Enfrenta hasta cadena perpetua en su audiencia de sentencia ante el juez Martínez el 9 de febrero de 2024.
En la audiencia, el fiscal federal Frank Russo destacó su papel en la conspiración de asesinato: “Vincent asesoraba a sus coconspiradores sobre el panorama político haitiano, asistía a reuniones con importantes líderes políticos y comunitarios haitianos y, con frecuencia, llevaba un pin del Departamento de Estado de Estados Unidos, lo que tenía el efecto de hacer creer a los demás que era empleado del Departamento de Estado de Estados Unidos”.
Se espera que Vincent, ex informante de la DEA, sea un testigo colaborador clave contra otros conspiradores, incluido su compatriota haitianoamericano James Solages. Este está acusado de colaborar con CTU Security, una empresa de seguridad de Doral y propiedad de Antonio Intriago, uno de los acusados en el caso, quien se reunió con Solages en el sur de la Florida y en Haití antes del asesinato de Moïse.
Solages también condujo el vehículo con destacados comandos colombianos, Vincent y otros, a la casa del presidente para el ataque mortal, según muestran los registros judiciales. Y Solages gritó que se trataba de una “operación de la DEA” mientras se desarrollaba el ataque aquella noche, afirmación que las autoridades han desmentido.
Solages se declaró inocente de los cargos de conspiración para el asesinato.
También se espera que Vincent proporcione información privilegiada sobre Christian Sanon, un médico y pastor haitiano que fue propuesto inicialmente como sucesor de Moïse antes de que los conspiradores lo abandonaran en favor de un miembro de la Corte Suprema de Haití. Sanon también se ha declarado inocente, pero de los cargos de conspiración que le acusan de contrabando de chalecos balísticos a los comandos colombianos en Haití y de llevar a cabo una “expedición militar” contra un país extranjero.
El acuerdo de culpabilidad fue firmado por Vincent; su abogado defensor, Kenneth Swartz, y los fiscales federales Andrea Goldbarg, Mónica Castro y Russo.
Además de Vincent, otros tres acusados han admitido sus papeles de apoyo en el caso federal de Miami.
Otras personas relacionadas con el asesinato
En octubre, el ex senador haitiano Joseph Joël John, quien había estado detenido en Jamaica antes de ser trasladado a Miami el año pasado, se declaró culpable de los mismos cargos en el asesinato del líder de Haití. Enfrenta cadena perpetua en la sentencia que se dictará a finales de este mes, aunque está cooperando con las autoridades con la esperanza de recibir un castigo menos severo.
John, de 52 años, reconoció ante agentes del FBI que se había reunido con algunos conspiradores justo antes de que “se embarcaran en la misión de asesinar al presidente Moïse” en su casa de los suburbios, según las actas judiciales. John admitió que ayudó a conseguir vehículos de alquiler, presentó a miembros de pandillas haitianas e intentó conseguir armas de fuego para la operación de los conspiradores contra el presidente, según la declaración que adjuntó a su acuerdo de culpabilidad.
John asistió a reuniones en el sur de la Florida y Haití con los principales sospechosos e intentó adquirir armas y munición para ellos, según la declaración y otros documentos judiciales. Se cree que era un enlace entre los distintos grupos. La noche del asesinato estuvo en comunicación con varios sospechosos.
El objetivo de John era convertirse en primer ministro del sucesor de Moïse tras la destitución del líder, según los registros judiciales.
Además, el oficial retirado del ejército colombiano Germán Alejandro Rivera García, alias “Coronel Mike”, de 45 años, admitió que se reunió con varios cómplices de Haití y del sur de la Florida antes de dirigir a un grupo de ex soldados colombianos a la casa del presidente haitiano para matarlo. En octubre, Rivera fue sentenciado a cadena perpetua, pero espera que se le reduzca la pena si coopera.
Asimismo, el empresario haitiano Rodolphe Jaar, de 51 años, admitió haber proporcionado armas, alojamiento y dinero en la conspiración para asesinar al presidente de Haití. Jaar, con doble nacionalidad haitiana y chilena, fue sentenciado a cadena perpetua en junio, pero espera que se le reduzca la pena si coopera. Anteriormente, había sido condenado por tráfico de drogas en Estados Unidos.
Otro sospechoso arrestado recientemente en Haití, si es extraditado, podría el acusado 12 en el caso federal de Miami. En octubre, Joseph Felix Badio, exfuncionario del gobierno que había sido despedido de su trabajo de lucha contra la corrupción, fue aprehendido por la policía haitiana en una tienda de comestibles de Petionville.
Badio es uno de los varios sospechosos de alto perfil que permanecieron ocultos más de dos años después del asesinato. Durante mucho tiempo se ha especulado que era la persona clave entre bastidores o un posible cerebro de la operación.