Chile enfrenta una de las temporadas más devastadoras de incendios forestales en la última década, con más de 30,000 hectáreas consumidas por el fuego en las regiones de Valparaíso y Maule.
Las autoridades declararon estado de catástrofe en las zonas afectadas, mientras brigadistas y voluntarios trabajan incansablemente para controlar los focos activos.
La combinación de altas temperaturas, vientos intensos y sequía ha dificultado las labores de extinción. El gobierno chileno solicitó apoyo internacional y activó protocolos de evacuación para cientos de familias.