El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, protagonizó este jueves una tensa comparecencia ante el Senado, marcada por los enfrentamientos verbales con la oposición y las acusaciones en torno a un escándalo de presunta corrupción que afecta a su partido, el PSOE.
“Creo que esto es un circo”, exclamó Sánchez tras ser reprendido por el presidente de la comisión, miembro del Partido Popular (PP), quien le pidió “respeto” en medio del intercambio. La sesión, que podría extenderse durante varias horas, busca esclarecer la supuesta trama de comisiones ilegales durante la pandemia, un caso que salpica a exdirigentes socialistas y amenaza la estabilidad del Ejecutivo.
El escándalo, conocido como caso Koldo, involucra a antiguos pesos pesados del socialismo, entre ellos el exministro de Transportes José Luis Ábalos y el exalto cargo Santos Cerdán, ambos estrechos colaboradores de Sánchez en el pasado. Un exasesor de Ábalos, Koldo García, figura como sospechoso principal y su testimonio ha derivado en registros policiales en la sede del PSOE en Madrid y en la detención de Cerdán.
Durante el interrogatorio, la senadora María del Mar Caballero, del partido Unión del Pueblo Navarro (UPN), preguntó de forma directa:
“¿Hasta cuándo va a fingir que no sabía nada de lo que hacían los que estaban a su alrededor? Usted nombró a Ábalos, confió en Koldo, nombró a Cerdán”.
Sánchez, visiblemente molesto, respondió con serenidad y, en ocasiones, con ironía ante algunas preguntas que calificó de “pérdida de tiempo”. “Este es un gobierno limpio”, insistió, negando cualquier implicación personal o institucional en la trama.
El Partido Popular, que domina la Cámara Alta, busca centrar el debate político en la supuesta corrupción socialista, presionando al presidente para que convoque elecciones anticipadas antes de 2027.
“Volverá a mentir mañana en el Senado porque si dice la verdad, acabará con usted”, le advirtió el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, un día antes en el Congreso.
Sánchez ha rechazado dimitir, aunque admitió haberlo considerado “ante la creciente presión”. En julio presentó un paquete de medidas anticorrupción con el fin de recomponer su coalición con Sumar y las fuerzas nacionalistas que sostienen su gobierno minoritario.
La situación del presidente se complica además por las investigaciones abiertas contra su esposa, Begoña Gómez, y su hermano, David Sánchez, ambos señalados en causas separadas por presuntas irregularidades.
A ello se suma un nuevo frente judicial: el Fiscal General del Estado, designado por Sánchez, será juzgado la próxima semana acusado de filtrar información confidencial sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid y una de las figuras más influyentes del PP.
El escándalo estalla en un momento crítico para Sánchez, quien llegó al poder en 2018 prometiendo regenerar la política española tras la caída del Partido Popular por corrupción. Hoy, su propio Ejecutivo enfrenta la prueba más dura de su mandato, mientras la oposición intensifica su ofensiva parlamentaria y judicial.

