Kim Kardashian ha compartido con sus más de 300 millones de seguidores en Instagram las bondades de la revolucionaria y costosa tecnología médica a la que ha recurrido para constatar que goza de una salud de hierro. La estrella televisiva ha revelado que, recientemente, se sometió a una resonancia magnética especialmente minuciosa y libre de “radiación”, que analiza la totalidad de su organismo y es capaz de detectar más de 500 anomalías en una única sesión.
Se trata de una máquina desarrollada por la firma Prenuvo y se estima que el procedimiento le habría llevado a desembolsar unos 2.500 dólares. La también empresaria ha justificado tamaña inversión subrayando la eficacia del tratamiento y, sobre todo, el hecho de que se convirtió en un “salvavidas” para muchos de sus amigos y conocidos.
«Recientemente, me hice unas pruebas y tengo que contaros todo sobre esta máquina salvavidas. El escáner Prenuvo es de cuerpo entero y puede detectar el cáncer, y otras enfermedades como aneurismas, en sus primeras fases, antes de que surjan los primeros síntomas. Es como someterse a una resonancia magnética durante una hora y sin radiación. Lo quería compartir con vosotros, porque de verdad que les ha salvado la vida a algunos de mis amigos», ha escrito en su perfil de la plataforma.
La madre de la celebridad, Kris Jenner, ya habló en su momento de lo encantada que estaba con su propia experiencia al respecto. La progenitora y mánager de las hermanas Kardashian recurrió a esta innovadora técnica con motivo de su 67 cumpleaños y, en uno de los últimos episodios del programa ‘Las Kardashian’, dejó bien claro que el mejor enfoque para disfrutar de una vida saludable, a todos los niveles, pasaba por invertir al máximo en labores de prevención.
«Cada vez que se acerca mi cumpleaños, me centro más en su salud y empiezo a pensar en lo que tengo que hacer para cuidarme y ser la mejor versión de mí misma», explicaba ante las cámaras. «Sí, pasar 55 minutos sola es un sueño hecho realidad. Creo que no he tenido 55 minutos para mí desde el año 1978», bromeaba sobre el momento de paz y tranquilidad que vivía dentro del artilugio.