La líder opositora venezolana María Corina Machado aseguró en las últimas horas que Nicolás Maduro está cada vez más presionado por las protestas en el país y los reclamos de la comunidad internacional tras las elecciones fraudulentas del 28 de julio, razón por la cual está “atrincherado” y valiéndose del respaldo de los altos líderes militares chavistas.
“Maduro ha optado por atrincherarse alrededor del alto mando militar, que es lo que le queda, y sectores de la administración de la Justicia (pero) créanme que las bases, incluso de esos dos organismos, anhelan, como el resto de los venezolanos, un cambio político”, dijo durante una conferencia de prensa.
“Si hace una evaluación realista de sus opciones, terminará entendiendo que una posición de atrincheramiento con los altos mandos militares, y basada en la represión y la mentira, simplemente no es sostenible”, continuó apuntando la política antes de agregar que, por eso, “por su propio interés, le conviene lo antes posible entablar una negociación” para una transición hacia la democracia.
Machado defiende la victoria de González Urrutia y asegura que no están dispuestos a negociar los resultados (EFE)
Desde aquel domingo -y a continuación, con la recopilación de más del 80% de las actas electorales- Machado defiende la victoria de Edmundo González Urrutia, quien arrasó frente al oficialista. El problema es que éste último no tardó en proclamarse ganador, incluso sin las actas oficiales que el Consejo Nacional Electoral debe presentar.
En un intento por presionar para conseguir que el régimen acepte los resultados, el pueblo salió -y aún sale a diario- a las calles, a reclamar que se respete su voluntad. A ello se sumaron los esfuerzos de México, Colombia y Brasil para convencer a las partes de dialogar y encontrar una salida a la crisis.
En ese sentido, la opositora aseguró que desde su bloque están “absolutamente dispuestos avanzar” hacia una “transición a la democracia” aunque con una serie de condiciones que descartan un escenario de “cohabitación” con el régimen y la negociación de los resultados, aunque sí contemplan “garantías e incentivos”, de los cuales no brindó detalles. De hecho, evitó referirse a la supuesta amnistía que Estados Unidos habría ofrecido a Maduro, que desde la vocería de la Casa Blanca desmintieron.
“No quiero especular (sobre si Maduro está dispuesto a negociar)… dentro del oficialismo no hay una posición homogénea, no es un grupo jerárquico (…) hay grupos que están claramente dispuestos a negociar y presionar para que eso (la transición) ocurra y otros que no. Otros están atrincherados y dispuestos a cualquier costa”, reflexionó sobre la posibilidad de que los diálogos den sus frutos aunque procuró ser cuidadosa con sus palabras y pidió esperar “a ver qué ocurre en estas semanas, que creo que es crucial”.
De todas maneras, considerando la intensificación de la persecución en el país, la creciente censura y hasta el bloqueo de redes sociales, Machado destacó que “al menos, la disposición de no haber cerrado el canal con Brasil, México y Colombia es una buena señal”.
Machado advirtió que el alto descontento social muestra que si Maduro se aferra al poder, podría darse la ola migratoria más grande hasta el momento (EFE)
Sobre Bogotá, mencionó no obstante, que existe un interés más profundo por encaminar las conversaciones ya que, si el chavismo se aferra nuevamente al poder, “lo que podríamos estar viendo en días, semanas, es la ola migratoria más grande que ha habido hasta ahora”, por lo que espera que el Gobierno de Gustavo Petro asuma “posiciones firmes, nítidas, ajustadas a la verdad y valores democráticos”.
“Más allá de las diferencias que pueda haber en el plano ideológico, lo que está en discusión en Venezuela en este momento es el respeto a la soberanía popular o a un sistema totalitario, una tiranía que se aferra al poder a la fuerza”, advirtió.