El presidente de Francia, Emmanuel Macron, felicitó este sábado a las fuerzas de seguridad por su “extraordinaria movilización” durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de París y afirmó que la audaz ceremonia realizada en el río Sena el viernes “enorgulleció” a los franceses.
El mandatario francés afirmó que la ceremonia representó una “proeza en términos de seguridad”, durante una visita al centro de información y de mando de la dirección de orden público y de circulación de la prefectura de policía de París, desde donde se dirige el dispositivo de seguridad.
En esa sorpresiva visita el mandatario estuvo acompañado de su ministro de Interior, Gérald Darmanin, y del propio prefecto de Policía, Laurent Núñez.
En una intervención grabada por las cámaras, recordó que “todo el mundo nos decía hace siete años que era imposible hacerlo, yo me acuerdo muy bien. Todos los expertos nos decían que era una locura criminal, que no se haría nunca, que no lo conseguiríamos, que era imposible”.
De la misma forma, se refirió a “todos los que nos explicaban que, con la amenaza terrorista, con los riesgos que comportaba sería imposible. Y se ha hecho con vuestro trabajo colectivo y con la implicación de la nación estos últimos años”.
“Podéis estar orgullosos”, subrayó el jefe del Estado, que insistió igualmente en que hay que mantener el nivel de seguridad hasta el 9 de septiembre, es decir hasta el final de los Juegos Paralímpicos, que comenzarán el 28 de agosto, algo de dos semanas después del fin de los Olímpicos.
La decisión de que la ceremonia de apertura se desarrollara en pleno centro de la ciudad, con un desfile de barcos por el tramo central del río Sena en los que iban los deportistas, fue objeto de muchas críticas por los riesgos y por las afecciones para la ciudad.
El centro de París ha estado patas arriba en las últimas semanas, y desde el 18 de julio y hasta la pasada madrugada todo un perímetro en torno al río ha estado totalmente acordonado y cerrado al paso, salvo para los vecinos.
Durante la ceremonia de inauguración a la que acudieron más de 300.000 espectadores, además de quienes la presenciaron desde los edificios con vistas al Sena, estuvieron movilizados en París y en su área metropolitana 45.000 policías y gendarmes, a los que hay que añadir 10.000 militares de la misión antiterrorista Sentinelle.
El espectáculo ha sido un éxito en términos de audiencias en Francia, ya que la televisión pública que tenía los derechos de emisión ha indicado que 23,4 millones de personas lo siguieron en directo, lo que significa una de las mejores audiencias de la historia del país.
Esos 23,4 millones de espectadores supusieron una cuota de pantalla del 83,3%.
Esa atención a la televisión tuvo un efecto indirecto que fue un importante descenso del consumo eléctrico, durante las cuatro horas de la ceremonia, de unos 800 megavatios menos que el viernes de la semana anterior, según el gestor de redes RTE.