La Fundación León Jimenes y la Dirección de la Feria del Libro otorgó el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2025 al historiador Amadeo Julián por su libro “Economía, circulación monetaria, población y Real Hacienda en Santo Domingo en los siglos XVI, XVII y XVIII”, publicado por el Archivo General de la Nación.
En el marco de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo el ganador recibió, durante un acto de entrega realizado en la sala Aída Cartagena Portalatín de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, el premio dotado con RD$1,000,000.00 (un millón de pesos) acompañado de su certificado.
El ministro de Cultura, Roberto Ángel Salcedo y la presidente de la Fundación Eduardo León Jimenes, María Amalia León, entregaron el premio a Amadeo Julián junto a Joan Ferrer, director de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo y los miembros del jurado.
En las palabras de la doctora León se le rindió honor al ensayista, poeta y periodista José Rafael Lantigua, quien en 1997 fundó la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo y propulsó el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes. Su obra: “Espacios y Resonancias”, recibió el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2016.
Para esta vigésimo octava edición del Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2025, se presentaron 60 obras publicadas entre el 1ro de enero y el 31 de diciembre del año 2024. El jurado estuvo integrado por: Priscilla Velázquez Rivera, Natalia González y Tulio Cordero, presbítero. El director general de la Feria del Libro, Joan Ferrer, presidio exoficio, con voz, pero sin voto, el citado jurado.
Los criterios considerados destacados por el jurado de la obra premiada son: la trascendencia y calidad del texto, el manejo del lenguaje, la destreza intelectual o capacidad creativa, la estructura del libro, la originalidad y la contribución a la riqueza bibliográfica nacional.
El jurado valoró en su laudo sobre la obra ganadora y su autor que, «el doctor Amadeo Julián a través de su ensayo, nos permite comprender que la economía, desde siempre, más que una serie de cifras frías es una historia de hombres, decisiones, intereses invisibles y pulsiones sociales».
¨Una buena lectura no solo es capaz de decodificar mensajes, sino y sobre todo de inferir conclusiones e interpretar imágenes y metáforas, para apropiarse del conocimiento en un ejercicio activo de reflexión, para el que se necesita tiempo, vacío, pausa y silencio. ¨ destacó María Amalia León, presidente de la Fundación Eduardo León Jimenes.
Sobre el ganador
Amadeo Julián es un historiador, jurista e investigador dominicano con una reconocida trayectoria en el estudio de la historia económica y social del país. Doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), complementó su formación con estudios especializados en planificación económica, historia americana y derecho constitucional, lo que le ha permitido construir una visión integral de los procesos políticos y económicos de la República Dominicana y del Caribe.
A lo largo de su carrera, ha sido autor de múltiples ensayos, artículos y libros que exploran con rigor los vínculos entre economía, sociedad y Estado en la época colonial. Su obra: “Bancos, ingenios y esclavos en la época colonial” fue ganadora del Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 1998.
Además de su labor como escritor e investigador, Julián es miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia y de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, entre otras instituciones académicas y culturales.
Extracto del laudo del jurado sobre la obra
Este ensayo histórico viene a llenar un vacío. Celebramos su aparición porque la obra del autor pertenece a la estirpe de libros que nos ayuda a comprender mejor no solo lo que fuimos, sino a repensar lo que podríamos llegar a ser.
El autor aborda con rigor académico e intelectual el devenir de la circulación monetaria, la producción y los intercambios comerciales en la época colonial rescatando un campo de estudio que merecía más atención.
Es notable no solo el contenido, sino la forma. Escrito con una prosa clara, sobria, evitando el circunloquio tan habitual en obras de erudición, logra mantener una tensión narrativa que invita a seguir leyendo incluso cuando se adentra en tecnicismos y documentos de archivo.
La obra tiene el mérito de ser, a un tiempo, profunda y amena. Se nota, desde las primeras páginas, que ha sido escrita con verdadera pasión, esa que brota cuando hay una vocación auténtica por comprender y hacer comprender.