,, El Plan Nacional de Reforestación y Restauración 2023-2024 mantiene un avance sostenido, acorde con su objetivo de incrementar la cobertura forestal y restaurar áreas degradadas por el cambio de uso de suelo o que han sido afectadas por los incendios forestales.
Desde que se inició, la cifra de plantación ya supera los 4.6 millones de árboles en una superficie de más de 91,000 tareas, para regenerar la biodiversidad de espacios naturales que forman parte de parques nacionales o que constituyen áreas de la zona costera del país.
Entre las especies que se plantan en las tareas de reforestación, las brigadas incluyen la uva de playa, el mangle rojo, el mangle negro y el blanco, típicas de los ecosistemas costeros y marinos.
El grueso de las plántulas corresponde a especies como el pino criollo, pino caribe, mara, caoba hondureña, el aceituno criollo, corazón de paloma, cedro blanco, samán, almendro, roblillo, guázara, gina criolla, penda, algarrobo, pera criolla y varios tipos de palmas.
El director de Reforestación y Fomento Forestal del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Elías Figuereo Báez, explica que el plan se lleva a cabo con tres modalidades: las labores que realizan las brigadas del ministerio a través de las Direcciones Provinciales; las que se ejecutan en cogestión con entidades públicas o privadas, bajo responsabilidad compartida, y las que se llevan a cabo a través de los proyectos forestales.
“Terminamos de conformar las brigadas de las 14 provincias del Cibao, desde Samaná hasta Montecristi. Ahora estamos integrando las brigadas de la región Sur. Ya estuvimos en Pedernales, Barahona e Independencia”, explicó el funcionario.
Compuesta por nueve jornaleros y un capataz, hay brigadas que están en plena labor productiva en Valle Nuevo, Restauración, San Cristóbal, Jarabacoa, San Francisco de Macorís, Manabao, Presa de Hatillo, Villa González, Hondo Valle, Rincón del Pino, Cerro Juan Calvo y La Leonor.
El Plan Nacional de Reforestación y Restauración 2023-2024 tiene un horizonte de 2 años y su ámbito comprende todo el territorio nacional. La meta es plantar 320,000 tareas con 20 millones de plántulas.
Figuereo Báez resaltó el plan como un instrumento clave para facilitar el cumplimiento de compromisos nacionales e internacionales relacionados con los bosques.
En ese contexto, citó la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC); la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC); el Programa de REDD+; los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); el Convenio sobre Diversidad Biológica; la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático; la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, y Sequía y el Decenio para la Restauración de Ecosistemas.
“El impulso que ha dado el Plan de Reforestación a la restauración de áreas degradadas va a propiciar la aparición de nuevos árboles que mejorarán la calidad del aire que respiramos y la disponibilidad de agua. De ahí, la importancia de este proyecto”, comentó Figuereo Báez.
El plan contempla acciones de reforestación en las cuencas de los ríos Ozama, Camú, Jimenoa, Jamao, Nizao, Yaque del Sur, Nizaito, Las Cuevas, Hatillo, Yaque del Norte, Blanco, Artibonito, Jánico, Tireo, Jaya, Haina, Maimón, Sonador, Yásica, Boba, Yuna, Mao, Macasías, Pedernales, Guayubín, Masacre, Jura, Joca, Tocino, Higuamo, Soco, Jima, Nigua y el Lago Enriquillo.