Steve Jobs, recordado como uno de los más grandes innovadores del siglo XXI y cofundador de Apple, no solo es conocido por haber revolucionado la industria tecnológica con productos como el iPod, iPhone y iPad, sino también, por su enigmática y multifacética personalidad.
Una parte oculta de su carácter, que a menudo dejaba perplejos a quienes lo rodeaban, eran sus inusuales hábitos de higiene, particularmente su negativa a usar desodorante y su inclinación a evitar ducharse con frecuencia. Pero, ¿qué motivaba a un individuo tan brillante y exitoso a adoptar comportamientos tan poco convencionales?
Los hábitos de Steve Jobs estaban profundamente influidos por su estilo de vida y sus creencias personales. Jobs adoptó una dieta extremista basada principalmente en frutas, conocida como frutarianismo, creyendo que este régimen alimentario no solo era mejor para su salud, sino que también reduciría de manera significativa su olor corporal.
Sin embargo, muchos de sus colegas y empleados recuerdan que esta creencia no siempre se traducía en la realidad, y su presencia era a menudo detectada antes de verlo, debido a su olor característico.
Según relata Walter Isaacson en su biografía sobre Jobs, este comportamiento podía atribuírsele a su profunda fascinación por el budismo zen y su búsqueda constante de la simplicidad y la pureza.
Jobs creía en la idea de que el cuerpo debería mantenerse lo más natural posible, lo cual incluía evitar químicos y productos artificiales como los desodorantes y los jabones comerciales. Esto reflejaba su visión de la simplicidad y la pureza que aplicaba a sus diseños de productos. Apple bajo su mando se convirtió en un ícono de minimalismo y funcionalidad, una filosofía que Jobs aplicaba no solo a su trabajo, sino a su vida diaria.
Pero este enfoque hacia la higiene personal no era bien recibido por todos. En el libro “Inside Apple” de Adam Lashinsky, se mencionan anécdotas de empleados que intentaron en vano persuadir a Jobs de adoptar mejores hábitos de higiene. Jobs, conocido por su fuerte carácter y su firmeza en sus convicciones, rara vez cedía a las presiones externas, manteniendo su firme postura respecto a lo que consideraba correcto.
Además de su dieta y su adopción del frutarianismo, Jobs tenía una creencia visceral en el poder del ayuno y la desintoxicación. Creía que al no comer ciertos alimentos y al seguir una estricta dieta de limpieza, su cuerpo se mantendría purificado, lo que también influía en su percepción de la necesidad de la higiene convencional.
Esta práctica de detox no solo se quedaba en la alimentación, sino que influía de igual forma en su resistencia a los productos químicos externos, y por ende, al uso de desodorante.
Cuáles eran las opciones de higine de Steve Jobs
Otros factores contribuyeron a las decididas opciones de Jobs en cuanto a su higiene. Su perfeccionismo y su deseo de control absoluto en casi todos los aspectos de su vida y su trabajo probablemente jugaban un rol importante. Estas eran características centrales a su personalidad, atributos que le permitían liderar grandes innovaciones y mantener estándares elevadísimos en Apple, pero que lo hacían inflexible en temas que, para otros, podrían parecer triviales.
Finalmente, la lección que deja su vida y sus hábitos podría ser interpretada de varias maneras. Para algunos, podría ser una excentricidad de un genio que podía permitirse tales libertades, para otros, una muestra de coherencia entre su vida personal y profesional; una suma de todas sus partes que, a pesar de sus peculiaridades, logró inspirar y cambiar el mundo.
Lo cierto es que la figura de Steve Jobs sigue siendo objeto de estudio y admiración, no solo por sus logros tecnológicos, sino también, por las facetas de su personalidad.