• La interrupción del tratamiento y las dosis de mantenimiento bajas redujeron la efectividad de los medicamentos GLP-1 sobre el peso corporal y los niveles de azúcar en sangre
Cleveland. Un estudio de Cleveland Clinic demuestra que la semaglutida y el tirzepatida —medicamentos inyectables GLP-1 para la obesidad— generan una menor pérdida de peso en un entorno clínico real debido a que los pacientes interrumpen el tratamiento o utilizan dosis de mantenimiento más bajas. La interrupción del tratamiento también afectó negativamente el control de la glucosa en sangre en pacientes con prediabetes. El estudio fue publicado en la revista Obesity Journal.
Hamlet Gasoyan, Ph.D., autor principal del estudio e investigador del Centro de Investigación en Atención Basada en el Valor de Cleveland Clinic, declaró: “Este estudio demuestra que los pacientes tratados por obesidad con semaglutida o tirzepatida perdieron menos peso, en promedio, en un entorno clínico real en comparación con lo observado en ensayos clínicos aleatorizados. Según nuestros datos, esto podría explicarse por las mayores tasas de interrupción del tratamiento y las dosis de mantenimiento más bajas utilizadas en la práctica clínica, en comparación con los entornos controlados de los ensayos.”
La semaglutida (comercializado bajo los nombres Wegovy y Ozempic) y la tirzepatida (Zepbound y Mounjaro) son medicamentos aprobados por la FDA para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y el control crónico del peso. Aunque los ensayos clínicos aleatorios han demostrado su eficacia, el Dr. Gasoyan y su equipo estudiaron su impacto en la reducción de peso y el control glicémico en un entorno real.
Este estudio retrospectivo de cohorte de Cleveland Clinic incluyó a 7,881 pacientes adultos con un índice de masa corporal (IMC) promedio superior a 39, lo que se clasifica como obesidad clínicamente severa. Entre los participantes, 1,320 presentaban prediabetes al inicio del estudio, definida por niveles de azúcar en sangre entre 5.7% y 6.4%. Las personas con prediabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, una de las complicaciones más comunes de la obesidad.
Los participantes comenzaron el tratamiento para la obesidad con formas inyectables de semaglutida o tirzepatida entre 2021 y 2023. Los investigadores agruparon a los pacientes que interrumpieron sus medicamentos en aquellos que lo hicieron de forma temprana (dentro de los primeros 3 meses) y tardía (entre 3 y 12 meses). El seguimiento del estudio concluyó en diciembre de 2024.
Los investigadores encontraron que más del 20% de los pacientes interrumpieron sus medicamentos de forma temprana y el 32% lo hicieron de manera tardía. Además, más del 80% de los participantes del estudio estaban bajo dosis de mantenimiento más bajas de estos medicamentos (es decir, iguales o menores a 1 mg en el caso del semaglutida y a 7.5 mg en el del tirzepatida). La dosis de mantenimiento se refiere a la cantidad necesaria para mantener un efecto terapéutico.
Un año después del inicio del tratamiento, los investigadores encontraron que la reducción de peso promedio fue de 3.6% entre quienes interrumpieron el tratamiento de forma temprana, en comparación con el 6.8% en quienes lo interrumpieron tardíamente. Aquellos que no interrumpieron el tratamiento perdieron, en promedio, el 11.9% de su peso corporal. Los pacientes que no interrumpieron y además estaban en dosis de mantenimiento altas perdieron el 13.7% de su peso con semaglutida y el 18.0 % con tirzepatida.
“Nuestros hallazgos sobre los patrones de uso en el mundo real de estos medicamentos y sus resultados clínicos asociados pueden ayudar a los profesionales de la salud y a sus pacientes a tomar decisiones informadas sobre el papel de la continuidad del tratamiento y la dosis de mantenimiento para lograr reducciones de peso clínicamente significativas,” afirmó el Dr. Gasoyan.
Los investigadores también identificaron los factores asociados con mayores probabilidades de lograr una pérdida de peso igual o superior al 10%, lo cual conlleva beneficios significativos para la salud de esta población. Los pacientes tuvieron mayores probabilidades de alcanzar esta meta después de un año de tratamiento si: no interrumpieron el tratamiento o lo interrumpieron tardíamente (en comparación con interrupción temprana) estaban en dosis de mantenimiento altas recibieron tirzepatida (en comparación con semaglutida) eran mujeres (en comparación con hombres).
Además de estudiar los factores que afectan la trayectoria del peso corporal, los investigadores también monitorearon el control glicémico en los pacientes con prediabetes al inicio del estudio.
Entre los participantes con prediabetes, el 33 % de quienes interrumpieron el tratamiento de forma temprana alcanzaron niveles normales de azúcar en sangre (definidos por una HbA1c de 5.6 o menor), en comparación con el 41% de quienes interrumpieron tardíamente, y el 67.9% de quienes no interrumpieron el tratamiento.
“En nuestro estudio, la mayoría de los pacientes con prediabetes lograron niveles normales de glucosa cuando continuaron su tratamiento,” señaló el Dr. Gasoyan. “La diabetes tipo 2 es una de las complicaciones más comunes de la obesidad, por lo que la prevención es muy importante. Este estudio resalta que la interrupción del tratamiento, especialmente temprana, afecta negativamente tanto el peso como el control glicémico.”
Las razones más comunes para la interrupción del tratamiento incluyeron el costo de los medicamentos, problemas relacionados con la cobertura del seguro, efectos secundarios y escasez de medicamentos. Ya se está desarrollando un estudio de seguimiento para cuantificar por qué los pacientes interrumpen sus tratamientos para la obesidad en la práctica clínica.
Además, los investigadores observaron que, si bien los pacientes que interrumpieron el tratamiento perdieron significativamente menos peso en comparación con quienes lo continuaron, sus trayectorias de peso se mantuvieron relativamente estables. Esto será estudiado más a fondo para identificar qué otros métodos de control de peso están utilizando los pacientes en entornos reales tras la interrupción del tratamiento.
Sobre Cleveland Clinic
Cleveland Clinic es un centro médico académico sin fines de lucro y de especialidades múltiples que integra la atención clínica y hospitalaria con la investigación y la educación. Ubicado en Cleveland, Ohio, fue fundado en 1921 por cuatro médicos reconocidos con la visión de brindar una atención excepcional basada en los principios de cooperación, compasión e innovación.
Cleveland Clinic ha sido pionera en numerosos avances médicos, incluyendo la cirugía de bypass de arteria coronaria y el primer trasplante de rostro en Estados Unidos. Cleveland Clinic es reconocida constantemente en EE. UU. y en todo el mundo por su experiencia y calidad asistencial. Entre sus 82,600 empleados en todo el mundo se encuentran más de 5,786 médicos e investigadores asalariados, y 20,700 enfermeros titulados y profesionales de atención avanzada, que representan 140 especialidades y subespecialidades médicas.
Cleveland Clinic es un sistema de salud con 6,728 camas que incluye un campus principal de 173 acres cerca del centro de Cleveland, 23 hospitales y 280 instalaciones ambulatorias, incluyendo ubicaciones en el noreste de Ohio; Florida; Las Vegas, Nevada; Toronto, Canadá; Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos; y Londres, Inglaterra.
En 2024, se registraron 15.7 millones de consultas ambulatorias, 333,000 hospitalizaciones y observaciones, y 320,000 cirugías y procedimientos en todo el sistema de salud de Cleveland Clinic. Pacientes de los 50 estados y de 112 países acudieron para recibir tratamiento.