El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que Tailandia y Camboya han llegado a un acuerdo para detener todos los disparos a partir de esta noche, en respuesta a la última escalada del conflicto fronterizo entre ambos países asiáticos.
Según comunicó Trump a través de su red social Truth Social, el entendimiento fue alcanzado tras una llamada mantenida con los primeros ministros Anutin Charnvirakul de Tailandia y Hun Manet de Camboya. El anuncio representa un intento de poner fin a una serie de enfrentamientos armados que han dejado cerca de una treintena de muertos y forzado el desplazamiento de cientos de miles de personas en la región.
El mandatario indicó que la conversación con los líderes tuvo lugar debido al “muy desafortunado resurgimiento” del conflicto, haciendo alusión a los recientes combates registrados desde el pasado domingo a lo largo de los aproximadamente 820 kilómetros de la frontera común.
“Han acordado DETENER todos los disparos a partir de esta noche y regresar al Acuerdo de Paz que firmaron en octubre pasado en Kuala Lumpur con la mediación mía y de Malasia”, detalló Trump en Truth Social. Añadió además que ambos gobiernos “están listos para la PAZ y para continuar el comercio con los Estados Unidos de América”.
Trump explicó que los nuevos combates se desencadenaron tras la explosión de una bomba que causó muertos y heridos en el ejército tailandés, situación que, según describió, fue “un accidente” aunque la respuesta de Tailandia resultó contundente. “Es un honor para mí trabajar con Anutin y Hun para resolver lo que podría haberse convertido en una gran guerra entre dos países por lo demás maravillosos y prósperos”, afirmó el presidente estadounidense, agradeciendo también al primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, “por su ayuda en este asunto tan importante”.
La disputa entre Tailandia y Camboya se remonta a principios del siglo XX, cuando la frontera actual fue cartografiada por Francia en 1907 durante la época en que Camboya formaba parte de la Indochina francesa. Los desacuerdos territoriales y la rivalidad histórica han generado numerosos episodios de violencia.
Tanto Bangkok como Phnom Penh se han acusado mutuamente de romper el último cese al fuego. En julio, la mediación de Estados Unidos, China y Malasia —esta última como país presidente de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN)— logró un acuerdo inicial tras cinco días de violencia, que dejó alrededor de cincuenta fallecidos. En octubre, Trump presidió una nueva firma de acuerdo de paz en Kuala Lumpur, tras la cual se anunció la reanudación de intercambios comerciales y la prolongación de la tregua. Sin embargo, Tailandia suspendió el acuerdo tras nuevos incidentes en la frontera, especialmente heridas por minas antipersona sufridas por soldados tailandeses durante el mes siguiente.
A pesar de la incertidumbre, Trump insistió en que la reactivación del diálogo se logró sin condicionar nuevas negociaciones comerciales a la resolución del conflicto, aunque garantizó a su interlocutor tailandés que el país obtendría “mejores beneficios que otros” en futuros acuerdos.
Trump ha defendido públicamente haber puesto fin a ocho conflictos internacionales durante su segundo mandato y argumenta que estos esfuerzos justifican su aspiración al Premio Nobel de la Paz. El acuerdo anunciado el viernes representa un nuevo intento de establecer un marco permanente de pacificación entre Tailandia y Camboya en medio de una prolongada disputa fronteriza cuyo desenlace aún permanece incierto.

