Santo Domingo.- El mercado binacional de la localidad de Dajabón (noroeste de República Dominicana) abrió sus puertas, pero únicamente con presencia de vendedores y compradores dominicanos, ya que Haití decidió mantener su frontera cerrada al comercio con el vecino país.
Las miradas estaban puestas hoy en esta tradicional feria, la de mayor actividad en la frontera, pues era la primera desde que República Dominicana reanudara el comercio con Haití el pasado miércoles, un mes después de que adoptara una serie de medidas en respuesta a la construcción de un canal en el lado haitiano del limítrofe río Masacre (denominado Dajabón en la parte dominicana).
La reapertura del comercio -descrita por las autoridades de Santo Domingo como “corredores comerciales”, limitada a determinados productos, en especial alimentos y medicinas y bajo medidas de seguridad reforzadas y control militar- supone el único levantamiento de las medidas dictadas por República Dominicana.
Además del bloqueo comercial, el Ejecutivo dominicano decretó hace un mes el cierre total de las fronteras (en vigor desde el 15 de septiembre pasado), la suspensión de la expedición de visados a los ciudadanos haitianos, la reactivación de un canal en la parte dominicana del río o la prohibición de entrada al país de los responsables de la polémica toma de agua, entre otras decisiones.
Escasa actividad en la reapertura del mercado
Aunque, como dijo a la prensa el alcalde de Dajabón, Santiago Riverón, todo estaba listo para la reanudación del mercado binacional y los comerciantes dominicanos habían acudido al lugar, Haití no abrió hoy su portón fronterizo, impidiendo así el paso de sus ciudadanos a República Dominicana.
En el lado dominicano de la frontera estaban preparados los dispositivos de reforzamiento del control, como los equipos para el registro biométrico de los haitianos que accedieran al “corredor comercial”, pero nada de ello fue necesario.
El cierre del portón por parte de Haití se tradujo en una escasa actividad en un mercado muy vivo hasta hace solo un mes y que se celebra tradicionalmente todos los lunes y viernes.
Por otra parte, el miércoles pasado, a solo unas horas de que ese día abrieran por primera vez los “corredores comerciales”, el mercado binacional de Dajabón sufrió un incendio, que no causó víctimas, pero sí importantes daños en 28 locales donde se almacenaba mercancía, en su gran mayoría de haitianos, y cuyas causas se investigan.
Las consecuencias del cierre de fronteras
Tradicionalmente, el grueso de las ventas en el mercado binacional corresponde a los dominicanos, a quienes los haitianos compran sobre todo alimentos como pollo, huevos, verduras o plátanos.
El hecho de que, debido al cierre fronterizo y el bloqueo comercial, los haitianos no pudieran adquirir comida en República Dominicana ha generado preocupación en diferentes sectores, ya que en Haití, el país más pobre de América, cerca del 50 % de la población sufre inseguridad alimentaria y la mitad de sus algo más de 11 millones de habitantes vive en la pobreza.
Sin embargo, como indicó este jueves la organización estadounidense Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna (Fews Net), el cierre de la frontera dominico-haitiana está teniendo un impacto “limitado” sobre la inseguridad alimentaria aguda en Haití, pues, “aparte de los condimentos y ciertos productos de huertos, los productos importados de la República Dominicana tienen una importancia relativamente limitada en la dieta típica haitiana”, y un 95 % del arroz llega de Estados Unidos.
Todo ello tiene lugar en medio de un deterioro de las relaciones entre los dos vecinos por la construcción del canal en el lado haitiano del río Masacre y las medidas tomadas como represalia por el Gobierno dominicano.
La tensión es patente y el jueves el presidente dominicano, Luis Abinader, aseguró, en clara alusión a los haitianos, que la mano de obra extranjera “tiene los días contados” en República Dominicana y anunció que su Gobierno impulsará un programa para disminuir la contratación de extranjeros, especialmente en sectores como la construcción, donde trabajan miles de ciudadanos de Haití, y la agricultura.
AGENCIA: EFE